
30 Jun Los grupos de UPL, PP y Ciudadanos denuncian en Cistierna que el alcalde, Nicanor Sen, “considere la mentira y la cobardía como la única política municipal válida”
Luis Manuel Fernández, concejal de UPL. Foto Campos
En un comunicado, el teniente alcalde del PSOE, anunciaba desentenderse del proyecto de Adif. Para los tres partidos vadinienses, “el PSOE municipal no ha jugado limpio, empezándose a movilizar cuando se lo hemos exigido conjuntamente, e intentando engañar y huir del problema en el que han metido a muchos vecinos del pueblo de Sorriba y a casi un centenar de afectados por un proyecto tan innecesario como destructivo para el casco urbano consolidado de Sorriba, en el que varias viviendas se ven afectadas con una muerte casi civil, así como su Vega, por la que se trazan unos megaviales que culebrean sin sentido destruyendo lo que a su paso arrollan”.
Lo cierto es que la Nota de Prensa firmada por su Teniente de Alcalde tergiversa la realidad de la secuencia de hechos, por lo que nos vemos obligados a realizar las siguientes manifestaciones:
Primera: el proyecto de Adif contó con el respaldo del PSOE municipal que, con mayoría absoluta, votó a favor de ello en uno de los últimos Plenos de la anterior Legislatura. Sorprende por ello, que el pirómano del asunto, ahora se presente como bombero.
Segunda: En una adulteración de la democracia representativa, el PSOE municipal, eligió entre varios, el trazado “de la muerte de Sorriba”, sin tener la mínima sensibilidad hacia los vecinos ni hacia los casi cien afectados, máxime, cuando se trata de una obra innecesaria.
Han sido incapaces de reunirse con los vecinos de la localidad, que son los principales afectados.
Tercera: Ante el grave daño ocasionado por la elección municipal, ha surgido el “movimiento cívico contra el trazado de Adif en Sorriba del Esla y su Vega” que cuenta con más de mil adhesiones, y desde luego, con la adhesión unánime de todos los grupos políticos de la oposición en el Ayuntamiento de Cistierna.
Cuarta: ADIF propuso otras alternativas menos dañinas, que el Ayuntamiento desechó sin razonamiento alguno, más allá de la propia discrecionalidad que posee, aún en perjuicio del fin de una correcta política municipal, que ha de velar en aras del bien común de los vecinos.