17 Jun UPL exige la supresión del CES, del Tribunal de Cuentas y del Procurador del Común
Considera que las instituciones de autogobierno de la Junta son «muy costosas y prescindibles»
J. A. G. Opinión de zamora
La Unión del Pueblo Leonés exigió ayer a la Junta a través de un comunicado público la supresión de las instituciones de autogobierno por resultar «muy costosas y prescindibles». Entre ellas los leonesistas citan el Tribunal de Cuentas, la Oficina del Procurador del Común y el Consejo Económico y Social, porque lejos de ser independientes «muestran una acusada intervención de la Junta sobre ellas, haciéndolas aún más dependientes del poder ejecutivo».
Los leonesistas denuncian especialmente su alto coste de mantenimiento «con carísimos edificios y una legión de «asesores» y personal contratado de forma irregular, en parte procedente de las filas políticas, lo que las hace sospechosas de falta de independencia con respecto al poder».
UPL señala como último ejemplo «la instalación de un alto cargo de la Junta, al frente del CES, cuando parecía que el anterior titular empezaba a ser molesto» y reclama «que antes de disminuir servicios públicos, se recorten en lo posible aquellas Instituciones cuya función no es imprescindible».
Esta es la razón por la que UPL, dentro del debate actual sobre el Proyecto de Ley de Instituciones de Autogobierno, «se manifiesta a favor de eliminar la mayoría de las mismas, al considerarlas como entidades totalmente dependientes de la Junta». UPL pone dos ejemplos: «las constantes quejas de personas e instituciones que tras un largo proceso ven que el Procurador del Común les da la razón, pero el asunto que les interesa no se resuelve de forma alguna. Y mucho peores son las quejas por el resultado final de las inspecciones del Tribunal de Cuentas: ya sabemos gracias a él, cuántas entidades dependientes de la Junta mienten en sus cuentas; cuántas trocean los contratos para saltarse la publicidad. Pero no pasa nada: no se investiga ni se exigen responsabilidades a nadie; no se anulan los contratos; no se derivan esos errores contables hacia el año económico actual, sino que se queda todo en el limbo».